martes, 17 de julio de 2007

JARDINES ZEN: EMOCIONES, por ainoa




Como un fluir constante de sensaciones, colores y texturas, el diseño de los jardiDesde hace trece siglos, Japón diseña espacios de meditación en comunión con la naturaleza. Representan el universo y están concebidos para inspirar vitalidad y serenidad.
Contemplar un jardín japonés es como sumergirse en un sueño en el que las rocas son montañas, donde la grava se modula en forma de ondas provocadas por la caída de una gota imaginaria en un estanque, y donde las cañas de bambú, al moverse, dejan oír la música de susnes japoneses fue concebido, hace más de trece siglos, como un instrumento para conseguir la correcta percepción de la realidad. A diferencia de los occidentales, los jardines japoneses no están hechos para pasear. Se deben admirar como si se tratara de una pintura o una caligrafía, donde del desplazamiento del cuerpo y la apertura de la mente son esenciales.
El budismo y otras doctrinas, que llegaron a Japón desde China y Corea a mediados del siglo VI, han jugado un papel fundamental en todos los jardines están diseñados para ser contemplados desde el interior de la vivienda. "El jardín se incorpora a la estructura de la casa, que no tiene muros, como en Occidente, sino paneles de papel que se desplazan para dejar a la vista el jardín. la concepción y desarrollo de esto. No hay que olvidar que el jardín zen fue creado básicamente como un instrumento para la meditacion. Lo que pretende el zen a través de los jardines es precisamente mostrar que la realidad no debe ser entendida desde el pensamiento sino desde lo que se ha dado en llamar la intuición pura".
El rastrilleado de la grava alrededor de las rocas simboliza las ondas que se producirán en la superficie de un lago si cayera una gota de agua.




hyde park.por susana i joana


Hyde Park es un lugar mítico de Londres en el que cantantes de la talla de Luciano Pavarotti o Mick Jagger han alzado sus voces y que se ha constituido en el pulmón de la agitada y cosmopolita capital de Inglaterra.
Hyde Park se encuentra en el centro de Londres, donde el bullicio y el ruido de los coches es desenfrenado todos los días del año. Está muy próximo a la comercial calle de Oxford Street, y limita al sur con dos de los barrios más ricos de la ciudad, el de Belgravia y el de Kensington.
En sus orígenes, los terrenos en los que se sitúa Hyde Park pertenecían a los monjes de la abadía de Westminster, sin embargo, en 1536, Enrique VIII, arrebató los terrenos a la iglesia y los transformó en coto privado de caza de la corona. Durante años, pudo verse al monarca, escopeta en mano, disfrutando de la caza del ciervo en las inmensas praderas de lo que cinco siglos después sería Hyde Park.
No fue hasta 1637, con la llegada al trono de Carlos I de Inglaterra, cuando cambió la naturaleza privada del terreno y se convirtió en un lugar abierto al público. También impulsó la creación de sus hermosos jardines, de los más cuidados de la ciudad.
Pocos años después, en 1665, los ingleses acamparon durante meses en el entonces bosque donde buscaron refugio de la plaga de peste bubónica que, sólo en Londres, se cobró más de 68.000 víctimas.
Guillermo III, al final del siglo XVII, trasladó toda su corte al palacio de Kensigton, muy próximo a Hyde Park, y creó el primer camino con iluminación artificial del país, que atravesaba el parque para evitar los atracos en el trayecto.Hoy su extensión, es de 257 hectáreas, pero si se tienen en cuenta los jardines del palacio de Kensigton, su superficie abarca lo mismo que 334 campos de fútbol. Además, ha perdido su condición de bosque periférico para pasar a ser el pulmón del corazón de Londres.

Los visitantes se refrescan los días de calor en algunas de las fuentes que adornan el parque. (EFE)
LUGAR PARA LOS ORADORESEn su esquina superior derecha, se encuentra la “Speakers corner”, un espacio público habilitado por el Gobierno en 1842 y al que acudían oradores los sábados y domingos a disertar libremente sobre diferentes temas. Esta práctica aún continúa vigente y se puede ser testigo de ella los domingos por la mañana donde se escuchan los acalorados discursos de miembros de grupos extraparlamentarios o de visionarios de un nuevo mundo.Una de las peculiaridades de este parque es su lago de serpenteante silueta, el “Serpentine”. Fue mandado construir por la reina Carolina, esposa de Jorge III alrededor de 1730, y ha pasado a convertirse en uno de sus mayores atractivos. En sus aguas los patos y peces comparten el protagonismo con los visitantes y deportistas que alquilan barcas para navegar.
Además, Hyde Park cuenta con árboles centenarios bajo cuya sombra se cobijan los ingleses en los meses que aprieta el calor. Incluso hay quien saca provecho a estos días, cobrando por el uso de tumbonas que se despliegan por las explanadas, y dado que el verano es corto en estas tierras, los rayos de sol se disfrutan al máximo pues jóvenes, y no tan jóvenes, no dudan en quitarse la ropa y lucir los bañadores más playeros para tomar el sol.
En sus paseos asfaltados se dan cita los apasionados del patinaje, que dan piruetas y hacen fintas a hileras interminables de conos, mientras se congrega un buen número de espectadores a su alrededor.
También se puede asistir a conciertos de grandes figuras de la canción como Luciano Pavarotti o Mick Jagger que tienen lugar en un recinto a cielo abierto en la parte norte del parque.

Su extensión, es de 257 hectáreas, pero si se tienen en cuenta los jardines del palacio de Kensigton. En sus orígenes, los terrenos en los que se sitúa Hyde Park pertenecían a los monjes de la abadía de Westmin (EFE)
LAS ARDILLAS, LAS DUEÑASEntre los habituales de Hyde Park se encuentran los cientos de ardillas que saltan y trepan de árbol en árbol, y que a más de uno arrebatan la merienda. Y es que, ciertamente, las ardillas prefieren la “french fries” o patatas fritas, que los niños le ofrecen, a la típica bellota u hojita de lechuga.
Cuando la lluvia da una tregua a la ciudad, los deportistas acuden para correr, montar en bicicleta, jugar un partido de fútbol, de rugby o incluso pasear a caballo, pues en Hyde Park existe un paseo reservado para los jinetes, el Rotten Row.
Entre las últimas atracciones del parque destaca la fuente erigida en memoria de Diana de Gales, la ex esposa de Carlos de Inglaterra, fallecida junto a su pareja, Dodi al Fayed, en un accidente de tráfico en París.
El monumento se construyó pensando en la proximidad de la princesa al pueblo y por ello los visitantes pueden introducir los pies en sus aguas para refrescarse. Pero no sólo atrae las visitas de los admiradores de la llamada “princesa del pueblo” sino también la de aquellos que sienten curiosidad por ver la fuente, que ha levantado ampollas en el gobierno de Tony Blair; pues, además de que el coste superó con creces lo presupuestado, al mes de su apertura tuvo que ser clausurada pues tres personas sufrieron traumatismos en el memorial.
Sin duda, Hyde Park es el lugar elegido por los más de siete millones de londinenses para escapar del bullicio y de las prisas de la gran ciudad. Aquél que se adentra en sus caminos dando un simple paseo ve como el perfume de sus jardines y el colorido de su entorno evaporan el estrés acumulado en la jornada laboral.

jardines y esculturas de versalles por:j.c y el piti




Otro edificio importante de la zona de Versalles es el Gran Trianón. Éste era el nombre de un pueblo que Luis XIV adquirió y arrasó para hacer de aquél un lugar de recreo donde, libre de las pesadas responsabilidades del poder, pudiera disfrutar de la familia en la intimidad. El encanto del Trianón reside en la decoración floral de los enmaderados, las pinturas, y parterres exteriores. En la galería de los Cotelle se concentran varias vistas de los bosquecillos de Versalles, que se extienden hacia los jardines circundantes (jardín de los castaños, jardín de las fuentes y jardín del Rey). Posee bellos paseos decorados con esculturas y fuentes realizadas para los momentos de ocio y descanso del soberano.En 1763, el monarca Luis XV encargó un nuevo palacete: el Pequeño Trianon. La obra fue realizada por Anges-Jacques Gabriel. Con una arquitectura "a la griega", que estaba entonces en pleno apogeo, el Pequeño Trianón se destaca por la sobriedad, la riqueza razonada del ornamento, el orden y la perfección. La ruptura con el estilo rocalla se encuentra en el interior y, sobre todo, en la elegante decoración de los enmaderamientos.
Fuente de Apolo
En este lugar está presente el espíritu de María Antonieta. Mujer ligera y caprichosa; se hizo muy popular y sufrió heroicamente su cautiverio y la ejecución en la guillotina. Luis XVI le regaló el Pequeño Trianón; ella pasaba allí la mayor parte del tiempo y todo se realizaba según sus órdenes. No se escatimó ningún gasto que pudiera violar su intimidad ni su gusto por la naturaleza. Poseía una habitación con un ingenioso mecanismo formado por espejos móviles. Los muebles –obras maestras de la ebanistería y de la carpintería- festejaban la naturaleza en un decorado formado por cosechas y flores. María Antonieta mandó a transformar toda la zona para crear un "jardín inglés". Su arquitecto construyó entre 1776 y 1783 un juego de anillas chino, un Templo de Amor, un teatro y una aldea.Actualmente, en el Trianón se realizan numerosos recepciones nocturnas y se recrea el ambiente de las fiestas de aquel periodo de la historia de Versalles.Al mismo tiempo que se iba construyendo el palacio, André Le Nôtre fue poco a poco perfeccionando el modelo de un gran jardín a la francesa. Este jardinero ¡en su vida había cogido un rastrillo! era botanista y poseía conocimientos de arquitectura y pintura. Versalles presentaba numerosas dificultades, entre ellas, la estrecha colina y los pantanos. Sin embargo el proyecto, cuyo verdadero inspirador fue Luis XIV, se llevó a cabo con éxito.El trazado general es geométrico: el jardín está ordenado a partir de un eje central con ejes secundarios, avenidas en forma de estrellas, estanques circulares y semicirculares. Un conjunto simétrico organizado en varios niveles. Los árboles están tallados muy rigurosamente y constituyen una auténtica arquitectura vegetal. A la vuelta de cualquier avenida surgen nuevos puntos de vista, nuevas fuentes, nuevas estatuas, emparrados en forma de bóveda y árboles tallados como si fueran madrigueras.
fuente de Neptuno.
El jardín se extiende en torno al Gran Canal, de estilo veneciano: un estanque de agua de 23 ha y de 5,5km de perspectiva. El gran eje, situado al ocaso, prolonga la perspectiva del jardín hacia el infinito. A ambos lados del Gran Canal se erigen bellas parcelas forestales formadas por diferentes especies de árboles y surcadas por grandes avenidas con hileras simples o dobles de robles y tilos. Estas avenidas poseen sugerentes nombres como la avenida de "ha-ha" (grito de casa) o avenida "de los pavos reales".Desde los tiempos de Luis XIV Versalles abrió sus puertas a prestigiosos visitantes: Pedro el Grande(1717), Franklin (1766 y 1778), Gustavo III de Suecia (1783), la reina Victoria(1842), la reina Isabel II de Inglaterra (1948, 1956 y 1957) el presidente Nixon (1980)...Desde el siglo XVII fue -y sigue siendo- escenario de artistas de renombre. Allí estuvieron Moliere, Lully, Racine, Martin Marais, Couperin, Marchand, Mozart, Farinelli, Berlioz, Jessye Norman, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo...El dominio nacional de Versalles es, desde 1995, entidad pública administrativa del Estado, lo que le confiere autonomía en su gestión administrativa y financiera. Se estima que su museo recibe tres millones de visitantes al año y que unos seis millones de personas se pasean cada año por sus jardines.

el sueño del rey de versalles por:dr.piti y j.c

El sueño de un rey El Rey Sol veía desde su trono a París como una ciudad en la que el bullicio y el ruido crecían de forma imparable. En un deseo por escapar de esa capital ensordecedora, Luis XIV propuso la determinación de un espacio verde de dimensiones faraónicas en donde el orden y el buen gusto dejaran patente el poder de la elite aristocrática, al tiempo que la dedicaban a ésta un número asombroso de hectáreas para su completo deleite. El sueño del rey se llamó Versalles.
El retiro ansiado supeditó a la corte al traslado de sus dependencias a unos 24 Km. de la ciudad parisina. La aristocracia y su plantilla de sirvientes tuvo pues que trasladarse al completo a un lugar lo suficientemente amplio como para albergar en sus dominios todos los elementos constructivos necesarios para llevar una vida cómoda, pero también para poder poner en práctica el paisajismo desbordado que arropa y guarda a todo el conjunto arquitectónico con su flora y sus elementos decorativos en mármol, madera, bronce y piedra.
La intención primera con la que se concibió Versalles dista mucho de la que quedó recogida en los anales de la historia. El sosiego que imploraba el rey dio paso a una de las épocas más desenfrenadas que ha vivido la corte francesa. Son abundantes los episodios de decadencia moral ocultos tras las copas de los árboles de estos sobresalientes jardines. No obstante, los excesos palaciegos cometidos entre la belleza vegetal de Versalles, le conceden a ésta extensión un toque de interés.
El diseñador André Le NôtreEl polémico Luis XIV dejó en manos de André Le Nôtre, conocido experto en botánica, arquitectura y pintura, la planificación de los vergeles, cuya construcción duró una década; desde 1660 a 1670. Las frecuentes modificaciones sujetas al antojo del Rey Sol, transformaban los elementos del paisaje casi diariamente: jarrones con flores frescas, limpieza de los estanques, repaso de las formas geométricas

andre le nôtre por susana i joana




André Le Nôtre,fue jardinero de Luis XIV de 1645 a 1700, se encargó de diseñar los jardines del Palacio de Versalles, del Palacio de Vaux-le-Vicomte y de Chantilly. Fue un conocido cortesano que gozó de la amistad y afecto de Luis XIV. Fue el diseñador de los proyectos de numerosos jardines a la francesa. Su padre, Jean Le Nôtre fue jardinero del rey Luis XIII.




nacio en 1613 en pars,hijo de jean le nôtre jardinero del rey en las tullerias.creó los jardines del Palacio de Vaux-le-Vicomte por encargo de Nicolás Fouquet.Perteneciente a una familia de jardineros, convivió con los jardines y la jardinería desde la infancia. Su padre y su abuelo fueron los responsables de los jardines de las Tullerias. Su padrino fue supervisor de jardines y el marido de su madrina Claude Mollet, fue un ilustre jardinero.sus principals jardies fueron:




jardines del Palacio de Versalles
jardines del Palacio de VAux-le-Vicomte
jardines del Palacio de Saint-Germain-en-Laye
jardines del Palacio de Saint-Cloud (el palacio fue destruido, pero los jardines aún perduran)
jardín de las Tullerías
parque de Sceaux
jardines del Castillo de Fonteinebleau
jardines del Palacio de Chantilly
jardines del Castillo de Bercy en [[Charenton-le-Pont




Le Nôtre murió en París. Está enterrado en la iglesia de Saint-Roch

jardin de versalles por:el piti y j.c





El siglo XVIII significó para Francia la planificación de los espacios verdes. El típico jardín francés llama la atención por su majestuosidad y por la sistematización de ciertos tópicos. Uno de los ejemplos más sobresalientes de este tipo de diseño son los maravillosos jardines de Versalles, cuya amplia extensión favoreció una ordenación vegetal de brillante suntuosidad.
Al jardín francés le definen varios elementos que son los que, a lo largo de la historia, han pasado hasta nuestro días. Podemos reconocer un jardín con este estilo cuando observemos cómo se cumplen una serie de normas básicas tales como la geometría, la imposición de la perspectiva, el uso del agua o las singulares formas con las que se moldea los arbustos.
Notas sobre el jardín francésEl trono francés en la mitad del siglo XVII estaba ocupado por uno de los reyes más carismáticos del país galo: Luis XIV, conocido como Rey Sol. La búsqueda de paz y, al mismo tiempo, su impulso irrefrenable hacia la muestras de prepotencia, le llevo a instaurar una nueva concepción paisajística que no escatimara en detalles que fueran fieles a los ideales de poder, partiendo éstos jardines de un eje central y extendiéndose hasta alcanzar escalas monumentales.
Los espacios esplendorosos y la inspiración cartesiana serían los protagonistas en la búsqueda de la perfección simétrica y de una perspectiva guardada por tilos, robles, álamos, fresnos, cerezos o hayas, ante la que la vista se pierde. El eje visual que propone la perspectiva de un jardín francés quiere dejar sentir su rango de absoluto: su principio, en el castillo, y su fin, en el infinito. Este tipo de disposición requería extensiones de superficie vastísimas, con el objeto de parecer interminables debido a su escala impactante.
Las fuentes, estanques y canales suponen objetos de referencia dentro de estas organizaciones y el agua sirve para reflejar la grandiosidad del conjunto vegetal. Las estatuas heredadas del estilo italiano, están igualmente presente aquí. Los parterres son especialmente tupidos, coloridos e intensos y, en lo que respecta a sus remates e incluso, sus marcos, son auténticas piezas de mobiliario vegetal definidas gracias a la topiaria. Uno de los aspectos más exóticos de este estilo es la aparición en el jardín de pavos reales sueltos.
De cara a la corte aristocrática de aquellos años, estos terrenos interminables contaban con espacios especialmente reservados para su recreo. El ambiente invitaba al encuentro en sociedad y también a la intimidad. La estética predominante va a juego con las notas propias de amaneramiento de la corte francesa de este siglo, inundando todo de colorido e invitando al relax.
El sueño de un rey El Rey Sol veía desde su trono a París como una ciudad en la que el bullicio y el ruido crecían de forma imparable. En un deseo por escapar de esa capital ensordecedora, Luis XIV propuso la determinación de un espacio verde de dimensiones faraónicas en donde el orden y el buen gusto dejaran patente el poder de la elite aristocrática, al tiempo que la dedicaban a ésta un número asombroso de hectáreas para su completo deleite. El sueño del rey se llamó Versalles.
El retiro ansiado supeditó a la corte al traslado de sus dependencias a unos 24 Km. de la ciudad parisina. La aristocracia y su plantilla de sirvientes tuvo pues que trasladarse al completo a un lugar lo suficientemente amplio como para albergar en sus dominios todos los elementos constructivos necesarios para llevar una vida cómoda, pero también para poder poner en práctica el paisajismo desbordado que arropa y guarda a todo el conjunto arquitectónico con su flora y sus elementos decorativos en mármol, madera, bronce y piedra.
La intención primera con la que se concibió Versalles dista mucho de la que quedó recogida en los anales de la historia. El sosiego que imploraba el rey dio paso a una de las épocas más desenfrenadas que ha vivido la corte francesa. Son abundantes los episodios de decadencia moral ocultos tras las copas de los árboles de estos sobresalientes jardines. No obstante, los excesos palaciegos cometidos entre la belleza vegetal de Versalles, le conceden a ésta extensión un toque de interés