miércoles, 1 de agosto de 2007

poda de rosas por:nardo y j.c











Planee su poda desde el suelo hacia arriba
La mayoría de los cultivadores de rosas comienza el proceso de poda desde la parte más alta, curvando sus espaldas sobre sus rosales y podando ramas mientras se retuercen de un lado a otro, como si fuesen peluqueros haciendo un recorte. Esto hace perder mucho tiempo y puede ser dañino. Planee su poda desde el suelo hacia arriba. El propósito de la poda es seleccionar las ramas fuertes y saludables que soportarán el nuevo crecimiento del año próximo. Lo que está más arriba es historia del año pasado. Arrodíllese (o siéntese si le resulta más cómodo) y mire el injerto y los tallos que salen de él.


Si es muy viejo: córtelo
Identifique las ramas más nuevas. Ellas son las más verdes. Después identifique las más viejas. Si su arbusto es joven (de dos o tres años) usted no encontrará muchas ramas viejas. Estas son los más arrugadas y grisáceas. No es momento para nostalgias. Las ramas viejas y grises tienen crecimientos débiles y se atraviesan en el camino de ramas nuevas. Use sus tijeras más fuertes e incluso alguna sierra para cortarlas. Luego pase a la regla número 3.


Si se atraviesa: córtela
Todo nuevo crecimiento precisa espacio y la planta ideal crece desde el centro hacia afuera. Identifique las ramas que se cruzan directamente por el centro y elimínelas. Corte por encima de la yema de crecimiento que apunta hacia la parte más externa de la planta que se encuentre por debajo del punto de crecimiento o unión que origina la molestia. También identifique cualquier rama que esté apretando a otra. Si no están demasiado juntas puede separarlas con un tallo cortado de la planta. Las ramas que quedan forman su arbusto y están prontas para podarse según la regla que sigue.


La altura es tan simple como 1, 2, 3
Los beneficios relativos de podas severas versus livianas continúan debatiéndose extensamente. La mayoría de los que proponen podas severas son cultivadores de áreas que requieren protección contra el invierno para sus rosas. Ya que el frío va a matar las ramas largas de todos modos, esto tiene sentido. Los que proponen podas livianas son quienes no saben lo que hacen, o tienen corazones débiles o adoran las plantas con mucho follaje y flores pequeñas en sus ramas. Lo más usual, es dividir mentalmente la rama en tres partes iguales y retirar el tercio superior. Antes de hacer esto, sin embargo, proceda con la regla número 5.


Preste atención, ¿a dónde apunta la yema?
Sólo si usted tiene mucha suerte, un tercio más abajo de la punta de la rama encontrará una yema que apunte hacia la parte externa de la planta. Las yemas se encuentran en la intersección de la rama y un folíolo de cinco hojas. También se forman a partir de algo que luce como una zona ensanchada de la rama. Debería encontrar varias y generalmente elegir la que mira hacia afuera de la planta. Pero no es necesario atarse a esta regla ya que cuando las ramas crecen a 45 grados o más, un corte a la altura de la yema que mira hacia afuera, a veces puede resultar en un crecimiento horizontal, con ramas que caen por su propio peso. Esto es muy común en arbustos que tienden naturalmente a un crecimiento horizontal. Un corte a la altura de una yema que mira hacia adentro de la planta en esos casos, usualmente producirá una rama que nace hacia arriba, en realidad, la mejor manera. ¿Qué pasa si no hay yemas ubicadas adecuadamente? Encuentre una que funcione para la planta que usted tiene. Si no tiene ninguna, registre la rama nuevamente y si realmente no encuentra, seguramente podrá concluir que Dios no tenía en mente que esa rama viviese. Esto nos lleva a la siguiente regla despiadada:


Ante la duda: elimínela
Muchos cultivadores de rosas se ponen sentimentales en el momento de podar, por miedo a dañar la planta que produce sus hermosas y delicadas rosas. No deje que las rosas lo engañen. Los rosales soportan mucho más de lo que imaginamos. O de lo contrario, ¿cómo podrían haber subsistido los arbustos de rosas sin los cuidados de los humanos por tantos miles de años?El rosal se cuidará a sí mismo, así que si usted se encuentra devanándose los sesos ante la duda de qué hacer con esa ramita que luce prometedora, pero no está seguro: córtela. Así llegamos a la regla número 7.


Si no es lo suficientemente grande como para sellarla, no debe permanecer
La mayoría de los manuales de poda de rosas instruyen que hay que sellar el corte en todas las ramas más gruesas que un lápiz. Usted se preguntará, ¿por qué considerar dejar ramas más pequeñas que un lápiz? Una rama que crece desde otra rama nunca será más grande que su origen. Para ilustrarlo groseramente: las ramas gruesas como un lápiz producen ramas gruesas como un fósforo y éstas, gruesas como un alfiler y éstas, producen flores que no sirven para nada. Olvídese de todos los productos tradicionales para sellar las ramas cortadas, como esmalte o aquello negro y gomoso que se usa en los techos para la humedad que invariablemente gotea en otra rama que eventualmente perecerá. Una gota de cola vinílica, es lo más rápido, eficiente y fácil. Ignore a todos aquellos que le dicen que no es necesario sellar los cortes durante el invierno porque los insectos están inactivos. Esto puede ser verdad en las zonas cuyas temperaturas descienden bastante más que cero grado, pero basta un solo insecto activo para que, desde la punta de la rama ocasione estragos comiéndose por dentro lo que encuentre a su paso. No le de una chance a esos bandidos! y esto nos lleva a la regla número 8


No deje hojas!
Pele todas las hojas de las ramas que quedan. También son historia del año anterior. Usted precisa hojas nuevas que conduzcan a un buen comienzo sin acarrear infecciones por hongos o ataques de insectos que hayan quedado en las hojas viejas. Después de esto su arbusto lucirá bastante desnudo y usted podrá concluir con dos consejos que suenan como los de mamá:


No olvidarse de cepillar!
Tome un cepillo de pelos de alambre y cepille suavemente las partes leñosas en los alrededores del injerto. Cuidado, no vaya a cepillar las yemas valiosas que producirán nuevas ramas mientras haga esta tarea. Se dice que este ejercicio estimulará y proveerá espacio para nuevas ramas a partir del injerto. Aunque los resultados no han sido demostrados, esto suena como una buena idea y tal vez el arbusto que usted acaba de recortar lo apreciará y probablemente sentirá que usted, a pesar de tanto tijeretazo, aún lo adora.


A guardar, a guardar, cada cosa en su lugar
Junte las ramas, tallos, hojas y todo lo que se haya acumulado, embólselo y tírelo. Mientras hace esto, también retire los yuyos de los alrededores y junte las hojas secas y pétalos secos caídos. Todos los insectos y hongos del año anterior están en esos alrededores esperando los nuevos brotes. No use estos desperdicios para hacer compost, las ramas de los rosales no se descomponen bien y sin embargo las esporas y huevos de otras pestes, sí sobreviven el proceso de compost bastante bien. Finalmente coloque una capa de mulch para que luzca prolijo. Su mamá estará orgullosa y adorará las rosas que florezcan en la primavera, tralala!Estas reglas, en general se aplican también a las floribundas, sin embargo el truco en esos casos es podar más liviano y no preocuparse por los tallos delgados. Las reglas también funcionan en miniaturas, sin embargo, como éstas crecen en sus propias raíces pueden dejarse muchas más ramas. En ambos casos una poda realmente cuidadosa puede ser una labor tediosa y algunos cultivadores, por lo tanto, simplemente podan el tercio superior como en cualquier arbusto y con buenos resultados también

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